Nunca había estado el Casino tan lleno y animado como anoche. Más de una treintena de personas vinieron a arroparme con su cariño, amistad y arte. Desde las fotografías de Fran de la Cruz, pasando por la música de Trejo y Carlos Ruperto, las voces de Mari Carmen Torrado, Trejo o Ferrera, los poemas de Rosa, Maricari, María, Antonia, Joaquín...Mis incondicionales Maricruz, Amalia, Mariado,JF, Lebrato, Lozano, hermanas Hidalgo, mis paisanas Isabel y Piedad, mis hermanos Rafa, Rafael y Tony, mi familia, las nuevas Clara, Maribel e Isabel, los antiguos Raquel y Benito, Teresa, Carmen, la Gerente del Casino, los maridos y mujeres de mis amigas y amigos... un lujazo. Después unas tapitas en el Casco Antiguo, ¿podía tener mejor final un día tan memorable? Gracias a todos.
Os dejo con el poema que cierra el cuadernillo, dedicado, como todo él, a mi hija Carolina.
Un septiembre para
Carolina
Pongo rumbo a septiembre
puerto de todas
las despedidas.
Las gaviotas, pañuelos sobre la playa
de un adiós, asumido,
como la ola del mar,
irremisible, como la arena y las mareas.
Pongo rumbo a septiembre
desde la quilla de todos los adioses
llevando como grumetes
a los héroes y a las estrellas
pero también la mordedura de los naufragios
porque se escora tantas veces
el corazón de una madre…
en medio de un
océano
colmado de septiembres,
cáscara de nuez frente a la incertidumbre,
se vuelve ancla inamovible,
farallón contra los días
que han de parir un junio,
tierra prometida,
a sus férreos cantiles, bendecidos,
de mujer.
23 de septiembre de 2013